Muchas cosas han pasado en estas últimas semanas, cuando uno ora a Dios por ayuda, ayuda recibe.

Con ayudas de patrocinadores hemos llevado a nuestro sobrino a una nueva terapia, terapia sacrocraneal:

La Terapia Cráneo- Sacral es un suave, delicado y profundo trabajo corporal que restablece el equilibrio psicosomático y potencia el poder de autocuración de nuestro cuerpo. No es una técnica de masaje, sino un trabajo corporal y emocional que accede a través de las manos del terapeuta al sistema cráneo-sacral, que está en intima relación con los sistemas nervioso, musculoesquelético, vascular, endocrino y respiratorio.

Hemos visto un avance abismal en nuestro loquillo sobrino, a nivel emocional y físico ha avanzado a pasos agigantados. Ahora los NO PUEDO, son casi nulos, ahora hasta se enoja con sus piernas cuando no hacen lo que él quiere, ahora tiene conversaciones largas y profundas, ahora las clases de TEACHER TIA tiene efecto en el mismo momento que se imparten. ¡Dios es buenoooo!

Ese tipo de terapia desbloquea “nudos” a nivel del sistema nervioso. Nuestro sobrino siempre se ha preguntado “¿donde están los papás de Tía, los de Tío, los de la perrita, los de ese niño?” Pero fue hasta hace 15 días que me pregunto por primera vez, “¿donde están mis papás?”

Yo he escuchado muchas preguntas profundas, porque filosofar me gusta, pero escuchar con la voz de un niño de 3 años esa pregunta, “¿donde están mis papás?” atravesó todas las capas de mi corazón. Le respondí que “no lo sabía, pero que por eso orábamos a Dios siempre en la noche por sus papás para siempre” a lo que él respondió: “ah sí, mis papás para siempre”

Porsupuesto que lloré al contarle al tío, al contarle a la tita, y en mi momento de soledad. Porque ningún niño debería tener que hacer esa pregunta.

Pero esa pregunta confirmó la obra que nosotros como tíos hacemos, no sé si ustedes han tenido la oportunidad de cuidar a sus sobrinos (los de verdad) y realmente cuando uno cuida a esos hijos-de otros, como tíos, lo único que podemos hacer es que el tiempo de espera mientras regresan los papás, sea lo más divertido y significativo posible.

A pesar que me doliera escuchar esa pregunta de mi sobrino, también me garantizó que él sabe que nosotros no somos sus papás, y que en su corazón siempre está en espacio para sus papás, y me alegra saber que incluso aunque el conozca sus papás, ni los de sangre, ni los de “para siempre”, el está en espera de ellos, eso me muestra que su capacidad de amar, y de dejarse amar está latente, y eso es pedirle mucho a la vida de un niño que ha vivido lo que él ha vivido.