Si, a pesar que tío y tía tomaron la decisión de convertirse en una “familia de acogimiento” desde Noviembre del 2012, 5 meses después parecía muy pronto para finalmente recibir un niño en riesgo social, y es que creemos que nunca nadie estará listo para recibir la “realidad” justo en su casa. (se ve mejor en la televisión, o cuando pasamos cerca de un tugurio)
Nos llamaron y nos explicaron la situación de riesgo en la que vivía nuestro sobrino, y mi oración como tía fue “Padre, no quiero pensar en ninguna razón egoísta por la cual decir que NO, a la ayuda que ese niño necesita”.
No crean que somos tan diferentes a ustedes, somos dos simples mortales, con unos cuántos años de casados, con rutinas saludables, trabajamos y tratamos que la luna de miel nos dure lo más posible, por lo que ustedes están pensando, también lo pensamos, ¿y nuestra comodidad? ¿y nuestra rutina? ¿y mi trabajo? ¿y mi rutina de ejercicios y social? ¿y nos alcanzará la plata? ¿y nuestra perrita? ¿y este espacio en la casa será suficiente? ¿y si está muy enfermo? ¿y si no lo logramos?
Pero callamos de nuevo nuestra mente terranal con la misma oración, “Padre, no queremos pensar en ninguna razón egoísta por la cual decir que NO, a la ayuda que ese niño necesita”. Y así fue, le entregamos a Dios esas cosas sobre las que no tenemos control, e hicimos lo que si podíamos hacer dejar ser egoístas por COMPLETO, por primera vez en nuestras vidas, y dijimos ¿a qué hora pasamos por nuestro nuevo sobrino?