No saben cuántas veces nos dicen eso, al punto que ya nos preocupa…jajaja, las personas insisten en el dolor que vamos a sentir cuando nuestro sobrino encuentre su familia para siempre. También nos dramatizan lo duro que será ese desprendimiento. (obviamente estoy hablando de personas para las que este tipo de acogimiento es una novedad)
Nos preocupa la naturaleza egoísta de la humanidad, y no nos malentiendan, nos incluímos en esa naturaleza. Pero ¿porqué será que las personas siempre están pensando en lo más cómodo para nuestras mentes y corazones? Puede que esa comodidad nos esté privando de lo que es realmente importante.
Reconocemos que la partida de nuestro sobrino será un sentimiento agridulce, porque ya no lo veremos todos los días, pero eso significa que él habrá encontrado lo que tanto su corazón anhela y por lo que tanto hemos orado, un papá y una mamá, ¿y qué mayor felicidad que esa? Para él y para nosotros.
Aclaramos que, sabemos completamente nuestro rol con nuestro sobrino, y que él no es nuestro hijo, y que no nos pertenece. ¿pero acaso los hijos sí pertenecen a los padres? Creemos que se nos ha enseñado que lo que amamos nos pertenece, se debe quedar justo al lado nuestro o que nuestros amados sólo estarán bien si están a nuestro alcance. Pero el amor de verdad no es así, con los hijos, con los sobrinos, con los esposos, con las mascotas, el amor se disfruta con libertad, no con egoísmo ni ataduras.
¿Cuántas vemos hemos sufrido por cosas poco trascendentales? Como cuando se nos borra un correo, como cuando una pareja de juventud nos es infiel, como cuando uno se ve muy gordo o muy flaco, como cuando lo que planeamos no sucedió, con clientes o jefes malagradecidos… si hemos llorado de dolor y hasta de rabia por esas cosas (importantes en su momento) ¿cómo no abrir nuestro corazón, aunque esto implique poner nuestro corazón en una posición susceptible? ¿o sólo podemos ayudar o colaborar si no requiere de involucrar el corazón?
Lo difícil no creemos que sea cuando nuestro sobrino ya no esté con nosotros, lo difícil es saber lo que estaba viviendo cuando no estaba con nosotros. Lo difícil es verlo progresar todos los días y reconocer que en su corta vida no se cubrieron ni las necesidades más básicas de un niño, difícil es ver en sus ojos una rebeldía que si no se orienta puede terminar en un noticiario, difícil es saber que tenemos poco tiempo para todo lo que queremos enseñarle.
Hemos sentido que la mayoría de las personas olvidan lo que es importante, y por lo general, no somos nosotros, ni nuestro pequeño universo, sino el universo fuera de nosotros. (ocupamos salir de la caja, como nuestro sobrino en la foto, le encantaaaaan las cajas)
Como dato curioso: nuestro sobrino siempre está más preocupado por los demás que por el mismo, siempre pregunta ¿donde está tío?, ¿ya la perrita comió? ¿ya la perrita hizo pipi afuera? ¿y la perrita va a hacer mandados con nosotros o se queda?, ¿qué le duele a tía?
Y sólo para recordarlo todos juntos: (se ha leído tantas veces, pero si lo lográramos practicar tan sólo una vez)
7 Tener amor es sufrirlo todo, creerlo todo, esperarlo todo, soportarlo todo.
8 El amor jamás dejará de existir. Un día el don de profecía terminará, y ya no se hablará en lenguas, ni serán necesarios los conocimientos. 9 Porque los conocimientos y la profecía son cosas imperfectas, 10 que llegarán a su fin cuando venga lo que es perfecto.
11 Cuando yo era niño, hablaba, pensaba y razonaba como un niño; pero al hacerme hombre, dejé atrás lo que era propio de un niño. 12 Ahora vemos de manera indirecta, como en un espejo, y borrosamente; pero un día veremos cara a cara. Mi conocimiento es ahora imperfecto, pero un día conoceré a Dios como él me ha conocido siempre a mí.
13 Tres cosas hay que son permanentes: la fe, la esperanza y el amor; pero la más importante de las tres es el amor.
1 Corintios 13
Dios Habla Hoy (DHH)